¿Construir con acero o concreto?
Por sus características, el acero y el concreto son los materiales más utilizados en la industria de la construcción; a veces se emplea solo uno de ellos y en otras ocasiones ambos, de acuerdo a las necesidades de cada proyecto.
El concreto es un material de fácil fabricación, resultado de una masa para la que se procesan concreto, agregado grueso y fino, agua y aditivos, que ofrece versatilidad, durabilidad y resistencia a la compresión, fuego e intemperie; sin embargo, para que resista a la tensión de grandes construcciones, debe ser reforzado con barras de acero que brindan un soporte adicional a las cargas de tracción.
Su bajo costo y la poca especialización que requiere su aplicación, así como su bajo costo de mantenimiento, hacen ideal a este material para la construcción de carreteras, bloques para paredes y estructuras como tanques de agua; mientras que los pretensados son ideales para techo de residencias.
Por otro lado, está el acero estructural que es una aleación de hierro, carbono y otros elementos cuya composición química le da una alta ductilidad, así como una alta resistencia a la tracción, comprensión, e incluso, a cargas sísmicas.
De hecho, este material ofrece disminuir el tiempo de construcción en 40% y por su índice de resistencia pesan entre 6 y 10 veces menos respecto a otros sistemas convencionales de construcción; además, permite ahorrar en la cantidad de material que se requiere para construir las bases y cimientos de la obra, lo que se traduce en menores costos financieros y un retorno más rápido de inversión.
Respecto a los espacios, las estructuras de acero prefabricadas permiten evitar múltiples columnas para sostener el techo, por lo que estas construcciones suelen tener grandes espacios de piso ininterrumpido, capaces de sostener grandes expansiones de vidrio.
Si tomamos en cuenta los factores ambientales, la fabricación de cemento contribuye a la emisión de una importante cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global, a diferencia del acero que impacta en menor medida por su rapidez, aseo y eficiencia. Además, su ciclo de vida es interminable, pues cerca del 100% del acero estructural se recicla y reutiliza al acabarse su uso en la construcción, contribuyendo al desarrollo sostenible de sus usuarios.
El acero resulta ser un material resistente, seguro y eficiente en sus costos y, por si fuera poco, también se adapta con facilidad a las nuevas tendencias de diseño y arquitectura, por lo que puede emplearse para construir cualquier tipo de proyecto urbano, residencial e industrial como edificios, bodegas, centros comerciales, hangares de aviones, instalaciones deportivas, cobertizos agrícolas, entre otros.
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